JAMA Netw Open. 2021 Jun 1;4(6):e2113186. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2021.13186.
El envejecimiento de la población, ha hecho que aumente el número de personas con mayores comorbilidades y por tanto una menor calidad de vida. Estos problemas de salud implican un mayor uso de fármacos que se puede traducir en un mayor riesgo de reacciones adversas e interacción farmacológica. Distintos estudios han demostrado que solo el 40% de los pacientes mayores de 65 años en prevención primaria, y el 60% en prevención secundaria están tomando estatinas al cabo de un año de su indicación.
Un estudio reciente evaluó el riesgo de eventos fatales y no fatales asociados con la discontinuación de las estatinas en pacientes mayores de 65 años polimedicados y que mantuvieron el resto de los tratamientos.
Este estudio retrospectivo, de cohorte poblacional incluyó a 29 047 (63% varones) de 65 años o más que estaban recibiendo tratamiento ininterrumpido con estatinas y otros fármacos para reducir la presión arterial, controlar la diabetes y antiagregantes plaquetarios. De ellos, 5819 (20,0%) discontinuaron las estatinas y mantuvieron el resto de los medicamentos. La edad media (76,5 años), el porcentaje de varones (60%) y el índice de comorbilidades fueron similares en el grupo que discontinuó las estatinas y en aquellos que continuaron con su tratamiento.
En comparación con el grupo que mantuvo su tratamiento, los pacientes que interrumpieron su tratamiento con estatinas tuvieron un mayor riesgo de ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca (24%) y episodios cardiovasculares (14%), así como una mayor mortalidad por cualquier causa (15%) e ingresos de urgencia por cualquier causa (12%). Los resultados fueron similares en hombres y mujeres, en personas mayores o menores de 75 años, con perfiles clínicos más o menos severos, e independiente de si la estatina fue prescrita en prevención cardiovascular primaria o secundaria.
Aunque es un estudio retrospectivo y con una serie de limitaciones, los resultados son una llamada de atención acerca de la importancia de tomar las estatinas de forma crónica, independientemente de la edad y de la polifarmacia, para reducir el riesgo de presentar nuevos eventos cardiovasculares.
El envejecimiento de la población, ha hecho que aumente el número de personas con mayores comorbilidades y por tanto una menor calidad de vida. Estos problemas de salud implican un mayor uso de fármacos que se puede traducir en un mayor riesgo de reacciones adversas e interacción farmacológica. Distintos estudios han demostrado que solo el 40% de los pacientes mayores de 65 años en prevención primaria, y el 60% en prevención secundaria están tomando estatinas al cabo de un año de su indicación.